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5 d’oct. 2018

Benjamín Prado (grans poetes)

Benjamín Prado (Madrid, 13-7-1961) és novel·lista, assagista i poeta. Dirigeix la revista Cuadernos de Hispanoamérica. Ha rebut diversos premis com l’Hiperión, el Premi Internacional de Poesia Ciudad de Melilla, el Premi Andalucía de Novel·la i el Generación del 27. La seva obra ha estat traduïda a nombrosos idiomes.
Ha col·laborat amb alguns músics com Coque Malla i, sobretot, Joaquín Sabina i Leiva, amb qui ha coescrit les cançons dels darrers discos de Joaquín Sabina (Vinagre y rosas, 2009; Lo niego todo, 2017).

Els seus poemes es caracteritzen per la influencia de la seva cultura musical (en especial el món del rock) i literària (amb abundants citacions i referències a escriptors i poetes de tot el món), un ús acurat i precís del llenguatge i l’ús exhuberant de les metàfores i les paradoxes (contradiccions aparents). De fet és un mestre dels aforismes i sovint dins dels seus poemes ens sorprenen un parell de versos que tenen una gran força i lucidesa per si mateixos.

La seva poesia ha estat considerada propera al culturalisme i ha estat inclòs dins de l’anomenada “Generación del 99”. Els seus llibres de poemes són: Un caso sencillo (1986); El corazón azul del alumbrado (1990); Asuntos personales (1991); Cobijo contra la tormenta (1995, Premio Hiperión), Todos nosotros (1998), Iceberg (2002, Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla), Marea humana (2007, Premio Internacional Generación del 27) i Ya no es tarde (2014).


Adjunto alguns fragments brillants d'alguns poemes i alguns poemes íntegres:

Nuestras huellas se enfrían en la nieve
como una bala en el corazón de un animal muerto.
(Las calles de Copenhague)
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Sé que hablar de una guerra es perderla dos veces.
(Las sillas vacías)
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Se escribe poesía para no irse del todo,
para que la pisada dure más que la nieve.
(Una ventana tiene más vidas que un espejo)
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Conduciendo de vuelta hacia nosotros mismos.
La última frontera es nuestro corazón.
(Hotel de carretera junto a un bosque, IX)
- .- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
...algunas veces eres
lo que nunca tendré
y algunas veces eres todo lo que he perdido.
(Cobijo contra la tormenta, V)
- .- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
...me pregunto
si un recuerdo es algo que conservamos
o algo que hemos perdido...
(4 de octubre en el Landmark Hotel)
- .- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
Un verdadero ángel no es el que lleva alas
sino el que se las pone a los demás.
(Luis Cernuda en Hyde Park Gate)
- .- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
No confundir ser único con ser mejor que el resto.
(...)
Haber sido otros muchos antes de ser tú mismo
y que cualquiera de ellos
se cambiase por ti.
(Plano)
- .- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
Hunde las manos
en su miedo
y encuentra una palabra.
(Yo y Anna Ajmátova)
- .- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
No importa donde vayas.
No importa cuánto corres.
No importa dónde llegues porque siempre estarás
a la misma distancia del sitio en que has caído.
(Ángeles Prado sube a un Ford azul)
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Vacía las palabras,
haz que callen,
límpialas de ellas mismas para contar tu historia.
(…)
…las tormentas de arena
sólo son el desierto que avanza hacia el desierto.
(Respuesta a un poeta)
- .- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
Siempre existe un andén donde empieza el olvido
y un muro en que se inicia una ciudad.
(Así estuve en tu vida)
- .- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
Tal vez de algunas cosas me arrepienta
pero no me avergüenzo de ninguna.
(Segunda Carmela)
- .- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
…escribir
es tratar de saber a qué palabras
sustituye el silencio…
(Una noche con Octavio Paz)
- .- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
Yo no quiero
que seas
una luz
en medio del naufragio…
(El enamorado, IV)
- .- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
…nada urge tanto como no cambiar nada
y seguir junto a ti.
(El enamorado, IX)
- .- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
No te rindas, no olvides jamás que la tristeza
sólo es la burocracia del dolor.
Y si sientes que el mundo se derrumba
no intentes abrazarte
a otro que esté cayendo a la vez que caes tú,
como yo hice contigo.
(El enamorado, XI)
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…estar equivocado es ver que las respuestas
regresan a morir a sus preguntas,
se convierten en simples errores
o en mentiras.
(El enamorado, XII)
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Una noche, de pronto, abro un libro tuyo
por darle una sorpresa a mis recuerdos.
(El vividor, II)
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Es verdad que hubo noches sin paz en que giraban
lentamente
las aspas del insomnio;
días en que fue inútil el aval de la luz;
disculpas que eran
el himno del país de los vencidos;
que alguna vez crecieron dentro de él los suburbios
donde pone su industria la tristeza;
alguna vez
la envidia se hizo fuerte en sus ojos,
montó en su corazón un campamento.
(El humilde)
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No estés triste,
las cosas que se pierden se vuelven importantes
pero después regresan a su propia estatura,
al sumar la memoria,
la invención
y el olvido.
(La misteriosa)
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…el modo más humano de buscar el calor
es abrazarse a otro que también tiene frío.
(…)
Si alguna vez discuten, no olvidan que el silencio
siempre es mejor que aquello que no quieres decir…
(Los camaradas)
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…que no hay mejor viajero
que quien no va a ningún sitio sin ti.
(Luna de miel)
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Hoy que la luna es blanca sobre San Salvador,
he entendido que el precio de la felicidad
es sentir la amenaza de perderla
y me gusta pensar que podrías marcharte,
para saber quién eres, quién sería sin ti.
Hasta el miedo es hermoso desde que estamos juntos.
(San Salvador)
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Prefiero estar contigo y que me olviden
a escribir una obra maestra en la que cuente
que aún no te he encontrado
o que ya te perdí.
(Escrito en Lisboa)
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Para darle la espalda (…)
a la pasión que amaina lo mismo que el invierno
se llena
de hoteles vacíos
junto al mar.
(…)
-No te pido que hagas cualquier cosa por mí,
sino todo conmigo.
(El doctor Zhivago nos espera en Moscú)
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-La realidad ataca a quien le da la espalda
-pensaría alguna vez
culpándose
de sus propias heridas…(…)
…el exiliado es alguien que está partido en dos
y vive en la mitad equivocada…
(…)
Sobrevivir consiste
en cambiar lo que buscas por lo que has encontrado…
(La vida en el intento)
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NOCHE NUPCIAL
Sé que mañana esto parecerá mentira:
que tú y yo nos quisimos,
que éramos felices...
Sé que tarde o temprano, este poema
va a tener que contar que no seguimos juntos,
que nadie lo entendía,
que el fruto del azar crece en todos los árboles
y el veneno estaba en los de tu jardín.

Sé que van a pasar los años por nosotros
lo mismo que los bárbaros de Roma;
y que fuimos los últimos
en saber que hace tiempo que ya no nos queríamos.

Sé que los dos vamos a hacernos daño,
cada uno a su modo:
yo por buscar alguien mejor que tú;
tú porque ya te habías conformado conmigo.

Mientras te abrazo, pienso:
¿Quién será esta mujer a quien hoy doy mi vida?

- .- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -

PALABRAS
Las palabras que son un puente roto.
Las palabras que son la punta de la espada,
un cabo del silencio,
la costa del olvido.

Esas palabras.

Las palabras que anidan en nosotros,
nos convierten en cuevas,
en pantanos,
en cráteres:
yo soy el hombre oscuro,
soy la raíz del lobo;
tú eres la mujer ciega,
tumba de las palomas.

Las palabras que arden dentro del corazón.
Las palabras que son lo contrario del trigo.
Las palabras que dejan sus huevos en la herida,
dejan su hiel,
dejan su levadura.

Todas esas palabras.

Las palabras que entierran,
que talan,
que consumen.

Las palabras que borran los senderos.
Las palabras que brillan al fondo de los pozos.
Las palabras que son como una mordedura.

Todas
esas
palabras.

Todas esas palabras que hemos dicho,
que están alrededor,
que nos han atrapado.
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INMORTAL
Fuiste inmortal
el tiempo que una ola
tardó en borrar tus pasos sobre la playa.
Pero no lo sabías.

Fuiste inmortal
el tiempo que la nieve
detuvo los caminos hacia tu casa.
Y tú no lo sabías.

Yo te nombré,
tú eras como un poema:
pájaro en el oído, sombra encauzada,
agua vencida.

Fuiste inmortal.
Fuiste la luz de un fuego.
Fuiste la sangre oscura de las palabras.
Y tú no lo sabías.

Tú nunca lo sabías.

Pero después
el mar cubrió la arena,
la nieve se deshizo
y el alud de nosotros llegó a tu casa.
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EL AVARO
Es un ser ominoso
que cuenta sus billetes igual que si arrancara
pétalos de la flor de la avaricia.

Tú también lo conoces.

El dinero
vive en su corazón como el musgo en la roca
y es su llave,
su cruz
y su destino.

Para él una moneda es una escama
del pez de la fortuna
y en sus ojos
se lee la codicia
lo mismo que en el hielo se hace visible el frío.

Ya sabes de quién hablo.

Adonde va
lo siguen cifras rojas o azules
—tatuajes,
satélites,
arpones—
y una verdad cruel:
nada tiene valor, si todo tiene un precio;
nadie te va a engañar si nadie está contigo.

No sospecha que a veces cava también su tumba
el que entierra un tesoro.
No sabe que sus números son como mis palabras:
la piel que va a dejar entre las sombras
la serpiente amarilla del olvido.

Tú sabes de quién hablo:
tú eres ese infeliz.
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EL SOBERBIO
Yo sé
que para ti
la vida
es un combate;
la opinión de los otros,
un insulto;
la sangre,
el combustible
que la cólera
quema
en sus motores.

Tu amistad
es de hierro.
Tu compañía,
un pozo.
Las únicas
banderas
en que crees
son
las banderas blancas
que llevan
tus vencidos.

Reclamas
para ti
el poder
y la gloria.
y a los demás
exiges
obediencia,
silencio,
todo lo que en el hombre
son las cenizas
de la voluntad.

Estar contigo
es ir perdiendo muros.
ser un papel
en blanco,
una sombra,
un satélite;
acatar el lenguaje
de las humillaciones,
la geometría
de las cicatrices.

Pobre de ti,
que aún crees
que es posible lograr
a la vez la victoria
y el amor
de los que has invadido;
que no sabes que puede
conquistar quien descubre
no el que sólo derrota;
y no entiendes
que en tierra sometida
sólo crecen
las flores
del desprecio,
la fruta
venenosa
del rencor:
porque nadie
respeta
a aquel que lo domina.

De qué te va a servir
tanto poder
a cambio
de tanta soledad.
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NUNCA ES TARDE
Nunca es tarde para empezar de cero,
para quemar los barcos,
para que alguien te diga:
-Yo sólo puedo estar contigo o contra mí.

Nunca es tarde para cortar la cuerda,
para volver a echar las campanas al vuelo,
para beber de ese agua que no ibas a beber.

Nunca es tarde para romper con todo,
para dejar de ser un hombre que no pueda
permitirse un pasado.

Y además
es tan fácil:
llega María, acaba el invierno, sale el sol,
la nieve llora lágrimas de gigante vencido
y de pronto la puerta no es un error del muro
y la calma no es cal viva en el alma
y mis llaves no cierran y abren una prisión.

Es así, tan sencillo de explicar: -Ya no es tarde,
y si antes escribía para poder vivir,
ahora
quiero vivir
para contarlo.
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MARÍA Y EL FANTASMA
Existen ciertas noches en las que Ángel González
olvida que está muerto
y entra en casa,
enciende un cigarrillo,
jugamos a poner las cartas boca arriba.

Si me ve melancólico,
se enfada;
dice que la tristeza es de cobardes;
que el equilibrio sólo lo merece
quien sabe negociar con la caída;
que me ponga de pie
y vuelva a la pelea.

Si hablamos de política,
sostiene
que en España
eso es el arte
de hacer de la otra orilla lo contrario del río.

Si me pongo a escribir,
me exige que mis versos
nunca dejen atrás a sus poemas;
que no salga a cazarlos y espere a las palabras
que vengan
a leer
en ellos
su destino.

Y si le hablo de mí,
dice que no me fíe:
-Pregúntale a los otros, para saber quién eres.

Él ya no es tan callado como cuando aún vivía
y yo sé que no estar en este mundo
no es razón suficiente para que no te escuchen,
para que no te crean.

Si le hablo de nosotros
me dice que recuerde
que el amor es un ciego con un arma en la mano
y me ordena que corra hacia las balas.
-No lo dudes: María es tu respuesta.

Te aseguro que hay noches en las que Ángel González
no recuerda que ha muerto
y se sienta a mi lado
para hablarme de ti.
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NO ME CUENTES TU VIDA
No me cuentes tu vida.

No me des la mitad de lo que ya no quieres.
No olvides que el dolor es lo que un golpe
recuerda de nosotros
y si lo tocas,
puede despertarse,
pensar de nuevo en ti.

No me hables del pasado
-si quieres encontrar respuestas, corre
en dirección contraria a las preguntas-
ni me arrastres a un tiempo
en el que aún no sepa
quién eres, pero ya no seas mía.

¿De qué sirve arrojar peces muertos al río?
¿Por qué pintar dianas encima de la herida?
¿Para qué conocerte, si te puedo aprender?

Acuérdate: -No existe mayor preso
que el que duda entre dos puertas abiertas,
ni hay nada más difícil de ignorar
que las cosas
que hubieras preferido no saber.

No me cuentes tu vida,
y entonces
será sólo
para ti
y para mí.
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PROPIOS Y EXTRAÑOS
Lo dice todo el mundo: ya no soy el que era.
Me llamo como el otro,
uso su ropa,
vivo en su casa y firmo lo que escribe;
pero el resto es distinto,
tiene razón la gente.

El hombre que creía
que nada más que el miedo consigue que las cosas
parezcan lo que son;
el hombre al que admiraban igual que a los delfines
que escoltan a los barcos sin saber dónde van;

el que calmó su sed
como quien bebe el agua de un vaso donde hubo
unas rosas cortadas;
o el que aún no sabía
que resulta imposible ser uno mismo a solas;
ése, ya no soy yo.

El hombre en cuya mano estaba escrito:
-No hay vida más vacía que una tumba sin flores.

El que no sospechaba
que ser independiente
es poder elegir
a quién necesitar.

El hombre con dos caras que jamás era él mismo.
El hombre que quería estar solo y no pudo
porque ya no quedaba sitio en la soledad.

El hombre que pasaba de largo por los otros.
El hombre que no supo
que el silencio no estaba nada más que en su oído.
El que ya no creía.
El que no te esperaba...

Pregúntale a cualquiera. Lo dice todo el mundo:
-Ya no eres ni la sombra del que fuiste,
desde que esa mujer está a tu lado.
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UN PROFESOR ES ALGUIEN QUE HABLA EN LOS SUEÑOS DE OTRO
Imagina unos versos. Después, ponte a buscarlos
como si fueran tuyos y estuviesen perdidos;
intenta adivinarles las palabras
como el que huye trata de predecir los pasos
de quienes lo persiguen; y procura que en ellos
se detenga el idioma
igual que el agua
se vuelve hielo para dejarse acariciar.

Que tu poema sepa algo que ignoras;
que no te necesite; que encuentre al mismo tiempo
lo que nadie soñaba y lo que buscan todos;
que cuando ya no estés
oculte que te has ido,
se haga pasar por ti.

No escribas si lo puedes hacer como cualquiera
pero no como tú;
si al repetir
lo que dijeron otros
no dices otra cosa;
si en tus libros no se oyen los libros que leíste,
como en un apellido
se escucha galopar
a los antepasados.

Que tu poema esté a medio camino
entre tú y yo
lo mismo que una estatua
entre el cuerpo y la roca;
que ponga lo intocable en nuestras manos;
que logre que se queden las cosas que se van.

(Eso es lo que me dijo Auden junto a su tumba.
Nevaba sobre Kirchstetten, en los Bosques de Viena,
y yo soñé
que un día
alguien que se parezca a mí
alguien que piense
que siguiendo mis huellas entenderá el camino,
tal vez pondrá unas rosas sobre el mármol, debajo de mi nombre
y encima de estos versos que escribo para ti.)

Imagina unos versos que te mantengan vivo.
Si descansas en paz, es que no te querían.
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OPCIÓN B
Siempre tendré la Esfinge de Gizeh junto al Nilo;
tendré la Gran Muralla;
tendré el reino de Aksum;
las moái en la arena de la Isla de Pascua;
las ruinas de Zimbabwe; la ciudad de Lagash.

Siempre habrá un general que usurpe el trono
y un Palacio de la Moneda en llamas;
prestamistas que compren
y vendan
nuestra sangre;
pueblos que echen abajo la estatua de un tirano.

Podré decirle a otros, aunque ya no lo crea,
que hasta el día más triste se termina a las doce
y cada cicatriz tacha una herida
y equivocarse es sólo el premio del que quiere
aprender de su error.

Siempre me quedarán Lorca y las aduanas;
las selvas en peligro; la injusticia;
los banqueros; la plaza de Tian'anmen; Neruda;
la libertad; el sueño de la revolución.

Todo eso
de lo que yo tendría
que escribir
si te vas.
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LAS REGLAS DEL JUEGO
No quiero seguir siendo quien no soy.
No quiero recordar lo mismo que tú olvidas.
Prefiero que no estés a que te hayas marchado.
No quiero que me expliques qué has querido decir.

Me conformo con más de lo que me merezco.
No quiero que la muerte me sorprenda esperándola.
No quiero regresar al sitio del que he huído
a buscar las razones por las que me marché.

No te quiero decir lo que quieres que oigamos.
No quiero ser tu bala en la recámara.
No quiero días largos que lleguen muy lejos
ni que donde esté solo, haya siempre alguien más.

Quiero salir de casa sin infundir sospechas.
No quiero preguntarme lo que pudo haber sido.
No quiero descubrir que hace ya muchos años
que no hago nada por primera vez.

No quiero que las cosas se queden como estaban.
No quiero que me guardes el secreto.
Quiero que al despertar recuerdes qué he soñado.
No quiero que no haya más tiempo que perder.

No quiero que me expliques de qué va todo esto.
No quiero que tengamos que hacernos a la idea.
No quiero que se cumplan los pronósticos,
que pase lo que tenga que pasar.

No quiero que nos sobren las palabras
y lo que calle busque a otro que lo diga.
No quiero ver el vaso medio lleno.
No quiero que pudiese haber sido peor.

Sólo quiero
saber que cambiarías a cualquiera por mí.
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TU YA ME ENTIENDES
Las veces que no quiero formar parte de mí.
Las veces en que todo lo que piensas te engaña.
Las veces que te das por desaparecida.
Las veces que sería cualquiera menos yo.

Las veces en que muerdo la mano que me cura.
Las veces que seguirte es andar sobre el hielo.
Las veces que tu nombre da vueltas en mi anillo
como un tigre enjaulado.

Las veces que no somos quienes tú y yo creemos.
Las veces que el orgullo nos tiende una emboscada.
Las veces que brindamos para romper las copas.
Las veces en que acaba el cuento y gana el lobo.

Las veces en que hay sombras que te hablan al oído.
Las veces en que somos dos francotiradores.
Las veces que el dolor es lo que dijo Shakespeare:
la piedra en que se afila la venganza.

Las veces que preguntas de qué lado se esconde
lo que te hizo construir el muro.
Las veces en que olvido que tú serías única
si no fuera porque lo somos todos.

Tú ya me entiendes: sabes que esta guerra es mentira,
que no habrá derrotados,
que nadie va a caer:
sólo quiero vencerte
y después compartir mi victoria contigo.
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PUNTO FINAL
Un poema que imite
lo que vas a sentir cuando lo leas;
que diga al mismo tiempo
lo que siempre has pensado
y lo que nunca hubieses podido imaginar.

Un poema en el que las palabras
floten igual que el humo
de un papel
que se quema;
que suene como alguien
que habla de ti
       en sueños;
que pueda ver en la oscuridad.

Un poema que beba de tus ojos,
que te espere despierto,
que salve las distancias,
que no te deje ir.

Un poema que te ha reconocido.
Un poema que ayude a pasar página.
Un poema que guarde un minuto de silencio
por lo que nunca se debió callar.

Un poema que sea imprevisible,
que diga otra cosa al leerlo otra vez.
Un poema que luche por las causas perdidas,
que se meta en la boca del lobo junto a ti.

Un poema que fue la pieza que faltaba;
que está escrito en la palma de tu mano;
que te deje secuelas;
que te arme de valor.

Un poema que sea más fuerte que el olvido.
Un poema que el tiempo ya no puede vencer.