Ángel González (1925-2008) és un poetà asturià que va formar part de la "Generació dels 50" que es caracteritza per crear unes obres líriques i reflexives, que poden incloure temes socials però que no tenen com a objectiu la crítica al sistema sinó l'expressió de la intimitat i l'exploració de les possibilitats del llenguatge. Els seus autors, sovint amb una àmplia formació universitària, combinen l'ús de referents poètics amb col·loquialismes i de vegades un to irònic. Els seus poemes reflecteixen sentiments i situacions quotidianes combinades amb assumptes filosòfics. Es diu que la poesia, a través de la seva obra, sobreviu amb paradoxal tendresa a l'escepticisme d'una època.
Va treballar a diverses universitats americanes com a professor de Literatura Espanyola Contemporània, va publicar diversos llibres de poesia i fou escollit membre de la Reial Acadèmia Espanyola (1996).
Al llarg de la seva carrera va rebre diferents premis entre els quals destaquen el Antonio Machado (1962), el Príncep d'Astúries de les Lletres (1985), el Internacional Salern de Poesia (1991), el Reina Sofia de Poesia Iberoamericana (1996), el Julián Besteiro de les Arts i les Lletres (2001) i el de Poesia Ciutat de Granada-Federico García Lorca (2004).
Jo vaig arribar-hi a través del recorregut que de Joaquín Sabina em va dur a Benjamín Prado i, d'aquest, a Ángel González i en la seva obra he trobat alguns poemes que m'han agradat prou com per compartir-los aquí:
CUMPLEAÑOS
Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.
Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!
Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.
ESPERANZA
Esperanza,
araña negra del atardecer.
Te paras
no lejos de mi cuerpo
abandonado, andas
en torno a mí,
tejiendo, rápida,
inconsistentes hilos invisibles,
te acercas, obstinada,
y me acaricias casi con tu sombra
pesada
y leve a un tiempo.
Agazapada
bajo las piedras y las horas,
esperaste, paciente, la llegada
de esta tarde
en la que nada
es ya posible...
Mi corazón:
tu nido.
Muerde en él, esperanza.
TRABAJÉ EL AIRE
Trabajé el aire
se lo entregué al viento:
voló, se deshizo,
se volvió silencio.
Por el ancho mar,
por los altos cielos,
trabajé la nada,
realicé el esfuerzo,
perforé la luz
ahondé el misterio.
Para nada, ahora,
para nada, luego;
humo son mis obras,
cenizas mis hechos.
...y mi corazón
que se queda en ellos.
AYER
Ayer fue miércoles toda la mañana.
Por la tarde cambió:
se puso casi lunes,
la tristeza invadió los corazones
y hubo un claro
movimiento de pánico hacia los
tranvías
que llevan los bañistas hasta el río.
A eso de las siete cruzó el cielo
una lenta avioneta, y ni los niños
la miraron.
Se desató
el frío,
alguien salió a la calle con sombrero,
ayer, y todo el día
fue igual,
ya veis
qué divertido,
ayer y siempre ayer y así hasta ahora,
continuamente andando por las calles
gente desconocida,
o bien dentro de casa merendando
pan y café con leche, ¡qué
alegría!
La noche vino pronto y se encendieron
amarillos cálidos faroles,
y nadie pudo
impedir que al final amaneciese
el día de hoy,
tan parecido
pero
¡tan diferente en luces y aroma!
Por eso mismo,
porque es como os digo
dejadme que os hable
de ayer, una vez más
de ayer: el día
incomparable que ya nadie nunca
volverá a ver jamás sobre la tierra.
MENSAJE A LAS ESTÁTUAS
Vosotras, piedras
violentamente deformadas,
rotas
por el golpe preciso del cincel,
exhibiréis aún durante siglos
el último perfil que os dejaron:
senos inconmovibles a un suspiro,
firmes
piernas que desconocen la fatiga,
músculos
tensos
en su esfuerzo inútil,
cabelleras que el viento
no despeina,
ojos abiertos que la luz rechazan.
Pero
vuestra arrogancia
inmóvil, vuestra fría
belleza,
la desdeñosa fe del inmutable
gesto, acabarán
un día.
El tiempo es más tenaz.
La tierra espera
por vosotras también.
En ella caeréis por vuestro peso,
seréis,
si no cenizas,
ruinas,
polvo, y vuestra
soñada eternidad será la nada.
Hacia la piedra regresaréis piedra,
indiferente mineral, hundido
escombro,
después de haber vivido el duro, ilustre,
solemne, victorioso, ecuestre sueño
de una gloria erigida a la memoria
de algo también disperso en el olvido.
SIEMPRE LO QUE QUIERAS
Cuando tengas dinero regálame un anillo,
cuando no tengas nada dame una esquina de tu boca,
cuando no sepas qué hacer vente conmigo
—pero luego no digas que no sabes lo que haces.
Haces haces de leña en las mañanas
y se te vuelven flores en los brazos.
Yo te sostengo asida por los pétalos,
como te muevas te arrancaré el aroma.
Pero ya te lo dije:
cuando quieras marcharte esta es la puerta:
se llama Ángel y conduce al llanto.
MERIENDO ALGUNAS TARDES
Meriendo algunas tardes:
no todas tienen pulpa comestible.
Si estoy junto a la mar
muerdo primero los acantilados.
Luego las nubes cárdenas y el cielo
-escupo las gaviotas-,
y para postre dejo las bañistas
jugando a la pelota y despeinadas.
Si estoy en la ciudad
meriendo tarde a secas:
mastico lentamente los minutos
-tras haberles quitado las espinas-
y cuando se me acaban
me voy rumiando sombras,
rememorando el tiempo devorado
con un acre sabor a nada en la garganta.
A VECES, EN OCTUBRE, ES LO QUE PASA...
Cuando nada sucede,
y el verano se ha ido,
y las hojas comienzan a caer de los árboles,
y el frío oxida el borde de los ríos
y hace más lento el curso de las aguas;
cuando el cielo parece un mar violento,
y los pájaros cambian de paisaje,
y las palabras se oyen cada vez más lejanas,
como susurros que dispersa el viento;
entonces,
ya se sabe,
es lo que pasa:
esas hojas, los pájaros, las nubes,
las palabras dispersas y los ríos,
nos llenan de inquietud súbitamente
y de desesperanza.
No busquéis el motivo en vuestros corazones.
Tan sólo es lo que dije:
lo que pasa.
POÉTICA
A LA QUE INTENTO A VECES APLICARME.
A LA QUE INTENTO A VECES APLICARME.
Escribir un poema: marcar la piel del agua.
Suavemente, los signos
se deforman, se agrandan,
expresan lo que quieren
la brisa, el sol, las nubes,
se distienden, se tensan, hasta
que el hombre que los mira—
—adormecido el viento,
la luz alta—
o ve su propio rostro
o —transparencia pura, hondo
fracaso— no ve nada.
GLOSAS A HERÁCLITO
1
Nadie se baña dos veces en el mismo río.
Excepto los muy pobres.
2
Los más dialécticos, los multimillonarios:
nunca se bañan dos veces en el mismo
traje de baño.
3
(Traducción al chino)
Nadie se mete dos veces en el mismo lío.
(Excepto los marxistas-leninistas)
4
(Interpretación del pesimista)
Nada es lo mismo, nada
permanece.
Menos
la Historia y la morcilla de mi tierra:
se hacen las dos con sangre, se repiten.
EL DÍA SE HA IDO
Ahora andará por otras tierras,
llevando lejos luces y esperanzas,
aventando bandadas de pájaros remotos,
y rumores, y voces, y campanas,
—ruidoso perro que menea la cola
y ladra ante las puertas entornadas.
(Entretanto, la noche, como un gato
sigiloso, entró por la ventana,
vio unos restos de luz pálida y fría, y
se bebió la última taza).
Sí;
definitivamente el día se ha ido.
Mucho no se llevó (no trajo nada);
sólo un poco de tiempo entre los dientes,
un menguado rebaño de luces fatigadas.
Tampoco lo lloréis. Puntual e inquieto,
sin duda alguna, volverá mañana.
Ahuyentará a ese gato negro.
Ladrará hasta sacarme de la cama.
Pero no será igual. Será otro día.
Será otro perro de la misma raza.
INVITACIÓN DE CRISTO
Dijo:
Comed, éste es mi cuerpo.
Bebed, ésta es mi sangre.
Y se llenó su entorno por millares
de hienas,
de vampiros.
TODO AMOR ES EFÍMERO
Ninguna era tan bella como tú
durante aquel fugaz momento en que te amaba:
mi vida entera.
¿SABES QUE UN PAPEL PUEDE...?
¿Sabes que un papel puede cortar como una navaja?
Simple papel en blanco,
una carta no escrita
me hace hoy sangrar.
LA CENIZA DE UN SUEÑO
Aquel tiempo
no lo hicimos nosotros;
él fue quien nos deshizo.
Miro hacia atrás
¿Que queda
de estos días?
Restos,
vida quemada,
nada.
Historia: escoria.
TODAVÍA, LA MEMORIA ALEVOSA
Aquel tiempo
que dejamos por muerto volvió en sí,
y me hirió mortalmente por la espalda.
ESTOS POEMAS
Estos poemas los desencadenaste tú,
como se desencadena el viento,
sin saber hacia dónde ni por qué.
Son dones del azar o del destino,
que a veces
la soledad arremolina o barre;
nada más que palabras que se encuentran,
que se atraen y se juntan
irremediablemente,
y hacen un ruido melodioso o triste,
lo mismo que dos cuerpos que se aman.
QUISE
Quise mirar el mundo con tus ojos
ilusionados, nuevos,
verdes en su fondo
como la primavera.
Entré en tu cuerpo lleno de esperanza
para admirar tanto prodigio desde
el claro mirador de tus pupilas.
Y fuiste tú la que acabaste viendo
el fracaso del mundo con las mías.
CANCIÓN DE AMIGA
Nadie recuerda un invierno tan frío como éste.
Las calles de la ciudad son láminas de hielo.
Las ramas de los árboles están envueltas en fundas de hielo.
Las estrellas tan altas son destellos de hielo.
Helado está también mi corazón,
pero no fue en invierno.
Mi amiga,
mi dulce amiga,
aquella que me amaba,
me dice que ha dejado de quererme.
No recuerdo un invierno tan frío como éste.
ORAZAL
Soy el resucitado de la vida,
el que regresó al reino de la nada,
en el que sé que estuve,
aunque no lo recuerdo.
De todas formas, sombras familiares
me miran con curiosidad
y alguien me dice, no sin asombro:
-Has vuelto.
¿Quién te ordenó pasar de la luz a la sombra?
-No todavía la muerte;
solamente el fracaso de la vida.
ARTE DE MAGIA
Sin moverme de mí,
desaparecí.
Nada por allá,
nada por aquí.
Nada, nadie, nada.
No estoy donde estaba.
No estoy, simplemente.
Así,
de repente,
me desvanecí
sin dejar vestigio.
¿Quién hizo el prodigio?
La muerte es la mejor prestidigitadora.
CAÍDA
Y me vuelvo a caer desde mí mismo
al vacío,
a la nada.
¡Qué pirueta!
¿Desciendo o vuelo?
No lo sé.
Recibo
el golpe de rigor, y me incorporo.
Me toco para ver si hubo gran daño,
mas no me encuentro.
Mi cuerpo ¿dónde está?
Me duele sólo el alma.
Nada grave.
Descoberta molt interessant Eladi, m'han agradat!
ResponEliminaHo celebro, Roger! La poesia sempre troba una porta o una finestra per ficar-se'ns endins...
ResponEliminaEladi
Sii!
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